La primera mano que sostuvo la mía

Bien entrado el mes de julio, cuando ya había decidido mis lecturas para del mes, estuve ojeando los libros de las estanterías de la biblioteca pública en la búsqueda de mi eterno pendiente, El verano que mi madre tuvo los ojos verdes, pero estaba prestado. Bueno, para más adelante. Seguí ojeando. Y de repente, ¡Tacháaan!: Un ejemplar de una novela de Maggie O’Farrell en una de las estanterías. 

¿Qué tendrá esta prolífica autora que me tiene un tanto obsesionada? Tratando de desentrañar la magia de esta autora, os propongo una nueva lectura: La primera mano que sostuvo la mía (Headline, 2010; Libros del Asteroide, 2018), una novela que reflexiona sobre los vínculos maternofiliales, el amor, los secretos y las trampas de la memoria. 

Esta novela comienza con dos escenarios y tiempos distintos. Por un lado, conocemos a  Lexie Sinclair, una  joven desenfadada y atrevida que, aburrida de la vida en la Inglaterra rural y de su tediosa familia, decide mudarse a Londres. Allí vive un enigmático hombre que acaba de conocer en un encuentro fortuito, Innes Kent. Aunque la diferencia de edad es bastante significativa y aunque Innes esté casado, vivirán una historia de amor verdadera rodeados de arte y bohemia en el barrio del Soho en los años 50. Por otro lado, la historia nos muestra también la vida de Elina, una pintora sueca que vive en el Londres actual. Acaba de dar a luz en un parto complicado que casi acaba con su vida. La maternidad trastoca a Elina y desorientada tiene que lidiar con la soledad del posparto y el distanciamiento que torpemente se ha instalado entre ella y Ted, su pareja. Después del traumático parto, Ted, irascible y un tanto ausente, se ve impelido a tirar del hilo de los recuerdos de su infancia olvidada. Y paradójicamente, en una suerte de intercambio de capacidad memorística, Elina ni siquiera parece recordar haber dado a luz.

Tanto Lexie como Elina son dos mujeres decididas, autosuficientes y con un interés por el arte. Aunque a priori no haya mucho más que las vincule, aunque nunca se hayan conocido, una secreta relación se irá desentrañando a través de una trama bien hilada. Con un delicado virtuosismo, O’Farrell irá entretejiendo ambas historias minuciosamente y poco a poco, lxs lectorxs irán descubriendo la historia escondida en estas páginas. Una gran historia trágica que se cuenta desde lo cotidiano y lo doméstico,- técnica literaria que la autora maneja con gran maestría-.  Es en el centro de la vida familiar donde O’Farrell consigue hablar de los sentimientos que mueven a cualquier ser humano, indagando en el amor y el vínculo, la pérdida y el dolor. 

La lectura de la novela te lleva a reflexionar, principalmente, sobre el vínculo maternal. Imaginemos que el cordón umbilical fuera irrompible, que incluso después de ser cortado, permaneciera intacto de forma invisible, capaz de alargarse incansablemente. Infinitamente. Todo lo que hiciera falta. Al igual que el hilo de Ariadna, es un amor que, por trágica que sea la historia, no se rompe nunca. Es un nudo atado en la parte baja del estómago de una y del otrx, en las entrañas. Y la vida y la literatura nos han enseñado que  todo lo que ocurre en las entrañas es sorprendentemente instintivo e incuestionable. 

También te hace calibrar lo tramposa que puede resultar nuestra memoria. ¿Hasta qué punto el relato construido de nuestra historia es verídico? Teniendo en cuenta que nuestra memoria es en cierta medida engañosa, ¿cómo le podemos confiar plenamente la reconstrucción de nuestra vida?. Es cierto que para la reconstrucción de nuestra historia también confiamos en los relatos que escuchamos repetidas veces de las personas adultas que nos acompañaron durante nuestros primeros años de vida. Pero, ¿se puede confiar también en lo que ellas recuerdan? ¿Y en lo que obstinadamente quieren olvidar? ¿Qué hay de los secretos que se crean cuando hay alguien que conscientemente decide olvidar su pasado? 

Por la universalidad de los temas que trata y por la familiaridad y cercanía con la que consigue atraparte, os recomiendo indiscutiblemente que leáis a esta autora. Si habéis leído Hamnet, no os quedéis ahí, seguid leyéndola. Si no os gustó, leedla también porque O’Farrell tiene pequeñas grandes historias que contar. Entrañables. 

Más libros reseñados de esta autora:

Tiene que ser aquí (Ediciones del Asteroide, 2017)

Hamnet (Libros del Asteroide, 2020)

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